Confieso que me emocioné mucho cuando me enteré que iba a
salir esta película. Era obvio que iba a ser una película de esas chafas que
con poco presupuesto sirven para entretener y punto. Y no se necesita ser un
genio para darse cuenta de ello, ¿cierto?
Sigue leyendo
Hay películas que dentro de su nicho, tienen una calidad
aceptable como para ser palomeras y para echar relajo con tus amigos, pareja o
familia a la hora de verlas. Ésa es su función y ya, no aspira a ningún premio,
no propone nada, simplemente son películas para pasar el rato. Cuando esas
cintas cumplen su objetivo, me agradan. Una película no tiene que ser artística
ni muy profunda para que me llegue a gustar.
Por ejemplo, me gusta la saga de Actividad Paranormal porque
entra en esta categoría: me hacen reír mucho los efectos que tienen, las
actuaciones, los escenarios y también uno que otro susto que de pronto quieren
meterme. Es chafa pero chafa-chido, para pasar el rato sin quebrarse la cabeza
y ya.
Pensé que me iba a pasar lo mismo con Fenómeno Siniestro (Grave Encounters),
película de The Vicious Brothers sobre un staff de reality show que acude a un
antiguo manicomio “embrujado” para grabar el mejor programa de su vida.
La película, obviamente, tiene un tratamiento como de
“documental”, argumentando que todo el material que estás a punto de ver es
real, que el programa realmente existió, que no se editó ni se modificó nada, y bla, bla, bla...
Como todas las películas de este estilo, al inicio hay un
planteamiento de la situación: el equipo acude al manicomio a entrevistar a
ciertas personas para presentarnos la historia del lugar y las “leyendas” que
circulan en él. Vemos tomas “reales” de la actividad que se llevaba a cabo ahí,
causa por la cual ahora está “embrujado”.
La presentación es bastante caricaturesca, los diálogos son
pésimos y los personajes son ridículos pero entendí que es intencional, ya que
se supone que el Reality Show es bastante chafa y además ninguno de sus casos
es real, todo lo inventan, ésa es la impresión que te quieren dar.
Pero lo “feo” del asunto es que por primera vez se
enfrentarán al “verdadero” terror en el manicomio (uy, qué mello…).
Para hacer su "investigación", deciden encerrarse en el lugar
durante toda una noche con el fin de registrar con cámaras de visión nocturna,
detectores de electromagnetismo y demás artefactos cazafantasmas a los
espíritus de los antiguos pacientes.
Y es aquí donde comienzan todos los corajes que hice con
esta película: para empezar, las locaciones son como de casa de los “sustos” de
Reino Aventura, chafas, chafas, chafas. Por lo menos en las otras películas del
estilo le echan ganitas a los escenarios, que son mucho más realistas o por lo
menos cercanos a nosotros (como puede ser una casa o departamento, por
ejemplo). Ésta fue una pésima elección de locación por parte de los directores.
Luego, los “sustos” son totalmente predecibles, los efectos son ridículos (de verdad, parecen extraídos de casa de los espantos de una feria chafa, se acordarán de mí cuando vean "las manos"...), se abusa del
movimiento de cámara y no lograron transmitir pero para nada un verdadero
terror al estilo del cine japonés ni del occidental. O sea, al inicio parece
que los espíritus están ahí pero no los vemos (a la japonesa) pero hacia el
final de la cinta ya los podemos ver en todo su “esplendor” (a la gringa) con sustos chafas
que obviamente rompen con toda la poca tensión que durante la cinta se fue
construyendo.
Los actores no logran para nada tener un contraste entre su
fanfarronería del inicio y su terror al ver que lo que les está pasando es
“real”. Los directores quisieron "confundir" al público con sus actuaciones y con las cosas raras que pasan en el lugar, pero no lo logran. Incluso en los momentos más “tensos”, los directores decidieron poner
chistes babosos burlándose de los personajes, muy al estilo de las peores
películas gringas como Scary Movie. No tan explícitos como ésta, pero sí se
burlan de gestos, y usan diálogos muy tontos. Ejemplo de ello es que usan a
cierto personaje para generar risas en el espectador, pues su cara al estar
espantado es muy graciosa, y además interpreta a un charlatán. Esto rompe totalmente con la poca tensión generada, por lo que las actuaciones le ponen el pie a la cinta.
Se nota que los directores se “inspiraron” (por no decir
“copiaron”) en muchos conceptos de muchas películas como El Proyecto de la
Bruja de Blair (principalmente), Actividad Paranormal y otras mucho mejor
logradas. Les juro que hasta hay escenas prácticamente recreadas de la Bruja de
Blair.
Los chistes malos, los efectos chafas, las incoherencias,
los fantasmas visibles, y el mal
ritmo de esta película hicieron que de verdad la odiara. No sentirás miedo, no
reirás por lo chafa que es, no querrás volverla a ver y además te dará asco
pues, al estilo de las películas sangrientas como Saw, se usa la sangre
injustificadamente y hay cierta
escena “gore” con una rata que seguramente odiarás.
¿Y la trama? Bueno, es obvio que en este tipo de películas es lo de menos, pero por lo menos algunas le echan ganas para generar cierta
“mitología” detrás de la “maldición” o el “embrujo”. Pero en Fenómeno Siniestro
no lograron para nada esto.
En resumen: no gasten su dinero en esta piltrafa, hay
películas 100% palomeras mucho mejores que ésta. Si eres muy, pero muy
impresionable, puede que te llegues a espantar ligeramente, nada más
ligeramente.
Les dejo el trailer, en el que, por cierto, se revelan prácticamente TODOS los
sustos menos peores de la película, así que si a pesar de haber leído esta reseña
sigues de necio con ir a ver este bodrio, NO veas este trailer porque te echarás
a perder lo mejor.