Desde que conocí la noticia de su adaptación cinematográfica al estilo Hollywood, no pude evitar vomitar un poco en mi boca.
Y no puedo disfrazárselos ni tantito: durante toda la película, de 1:30 hrs. de duración, me la pasé asqueado.
Dragon Ball Evolution es una gringada en toda la extensión de la palabreja: es un Beverly Hills 90210, conoce a Melrose Place, conoce a los Power Rangers, conoce a Karate Kid, conoce a Dragonball...
Antes de seguir debo aclarar que nunca he sido fan empedernido de Gokú ni de sus aventuras. Sí, lo sé, soy un poco bicho raro. Pero nunca fui tan fan en realidad. A veces me perdía en el hilo de la historia y no sé cada detalle del héroe japonés. Sin embargo, respeto MUCHO esta saga, tanto el manga como el anime, por todo lo que representa, por su humor, por que muchos crecieron viéndola (aunque lo nieguen), por la emoción que provoca, por el gran personaje que es Gokú... la lista es muy larga. ¡Gokú es más conocido que Mickey Mouse en algunos países!
Pero por lo menos me queda una gran satisfacción: yo respeto Dragonball MUCHO MÁS de lo que lo respetan el señor James Wong (director), Ben Ramsey (guionista, ambos con carreras muy poco brillantes), y hasta el mismísimo Akira Toriyama (que permitió todo esto por unos cuantos miles de yenes... la crisis, la crisis). Sí, mencioné a Toriyama, aunque muchos me van a linchar porque es "intocable", es como el Kamisama del manga, sí, pero eso no le quita que sea humano y que le guste la lana.
En esta abominación, Gokú está convertido en el típico adolescente desadaptado cliché, al que todos molestan en la escuela porque es "diferente". Aunque esta situación ya ha sido muuuuuuuuy socorrida por muuuuchos productos mediáticos, hay formas de dotarle de brillantez, como en el caso de "Déjame entrar" o "Let the right one in", película sueca que maneja magistralmente este concepto y que hace poco estuvo en cartelera en México. (Que según sé, por cierto, ya están haciendo remake los gringos... ¡cuándo no!).
Pero regresemos al tema.
Gokú es el muchacho con el que todos se manchan, pero su abuelo, quien le ha enseñado artes marciales y el manejo de su ki, le aconseja que no caiga en provocaciones y que no use su fuerza.
ADEMÁS de ser un pusilánime, este Gokú está enamorado de una chica (alerta de cliché!) que es popular, guapísima, oriental y que anda con los populares. Ella es Chi Chi, otro personaje destrozado de la saga original, aunque eso sí, yo también me enamoré de Jamie Chung, la actriz que la interpreta. Chi Chi se compadece de Gokú y mira con odio a quienes lo abusan, pero no dice nada hasta que se da cuenta que Gokú tiene "un algo" que lo hace especial. ¿Dónde hemos visto eso? ¡EN TODAS LAS TEEN MOVIES GRINGAS!
Ella lo invita a una mega super hiper party en su mansión de Beverly Hills, con autos pimpeados y todo, y ahí es cuando ellos se acercan más porque Gokú se pone parejo a los bullys que lo acosaban en la escuela. Ella lo ve y es cuando le gusta. Por cierto, otra situación cliché de teen movie gringa es que ellos nunca se pueden besar porque justo en el momento del beso algo o alquien los interrumpe. Hasta el final es cuando lo logran. mmm qué original.
De repente se empiezan a dar los acontecimientos, que constituyen un meter a fuerzas, sin conexión alguna, sin coherencia y mal recreados, elementos clave de la saga original de Dragonball como la muerte del abuelo de Gokú, cuando éste conoce a Bulma (otro personaje clave en la historia del Gokú original, simpático e inolvidable, deformado en este remedo de película), cuando ella le cuenta de Capsule Corp. (en pocos segundos que bien pudieron quitarse sin afectar en nada a la ya de por sí fallida cinta), las peleas (mínimas, sin calidad ni emoción alguna), los pobres efectos especiales y la lista sigue...
Ver a Gokú en Unitec tomando clases mientras sueña con que Chi Chi lo pele, es degradante e insultante para quienes pagaron un boleto para ver esta caca (yo no pagué afortunadamente, si no me cae que los demando).
Nota personal: yo fui en Unitec por un tiempo y recordar esas paredes de ladrillos grises y el ambiente en esas clases me dio escalofríos, lo que contribuyó a mi desagrado de esas escenas y a que mi mente se proyectara imaginando: "¿Gokú en Unitec? ¡Pudo ser mi compañero en la prepa! WOW! Eso sí que me hubiera hecho popular..."
Mención especial merece "Lord Piccolo", el villanazo de la trama, degradado al típico villano de película gringa de aventuras o de telenovela mexicana mal hecha que es malo, malo, malo, maloso y nunca sabemos por qué. Monocromático, patético y tedioso. Nomás le tiene odio jarocho a la Tierra por ¿venganza? Ah, es cierto, su motivo es la venganza, otro cliché vacío. Además, es como un remedo de Darth Vader venido a menos (¿"homenaje" mal parido?), hasta se pone su capita negra y todo. El maquillaje es horrible, digno de Odisea Burbujas, y miren que ese programa me trae buenos recuerdos. Ni en los Power Rangers había tanta pobreza. Sus diálogos son vacíos y llenos de clichés, las típicas frases que el malo de la película dice todo el tiempo: "¡me vengaré!", "¡nunca me derrotarás!", "¡te destruiré!", "los humanos son unos estúpidos" y demás estupideces. Hubiera dado lo mismo que hablara o no, pero si hablas en una película, te pagan más, así que...
Hablando de personajes, he aquí la GRAN diferencia entre esta película y la saga original: ninguno de los personajes de la película es entrañable o perdurable en tu mente, a diferencia del manga y del anime donde cada uno es único y tiene una importancia, tiene un carácter y cosas que lo distinguen, que nos gustan y que nos disgustan. Aquí, ni el Gokú se salva de ser plano, aburrido, clichésco y superficial. Todo lo contrario al Gokú original.
Y del maestro Roshi ni hablamos, me da mucho coraje cómo lo "reinterpretaron"... Chow Yun-Fat un desperdicio, mal dirigido, sobreactuado, malparodiando al maestro Roshi, sin esa chispa que el personaje original tiene, un desmadre total.
La trama de Karate Kid, los conflictos adolescentes, las malas actuaciones, los diálogos abominables, los efectos especiales de 2 centavos de peso (no de dólar), las faltas de respeto a la trama original, las gringadas y chistes malos, la cinematografía y la fotografía paupérrimas, las reiteraciones a la trama para llenar tiempo en pantalla, los flashbacks y lagunas mentales metidos a fuerzas para disque ser coherente con la saga original, y muchos otros detalles mierdas hacen de esta película la peor que he visto en lo que va del año, y quién sabe si la supere alguna.
Y que conste que no hablo como fan de Gokú, porque ya aclaré que ni soy tan fan de Dragonball. Si quitamos de nuestra mente quién es Gokú y qué es Dragonball previo a esta mierda de película, aún así tendríamos que asquearnos por lo que hizo la 20th. Century Fox, por las características que mencioné en el párrafo anterior, que no tienen que ver con que sea Dragonball o no. Simplemente, cuando una película es mala como ésta, no tiene que ver en qué esté basada, o si es secuela, o si está inspirada en una leyenda del manga, o si es gringa o china o mexicana o de donde sea. Es mala y punto, aún dejando de lado que está basada en Dragonball.
Sinceramente hubiera preferido un plagio que usar los mismos nombres de los personajes de Dragonball para hacer esto. ¿Porqué no mejor ponerle "Dragonspheres evolution" y se piratean los nombres de todos? Ya ni para parodia sirve esto. Ah, pero eso sí, de acuerdo con los productores, le pusieron el mote de "Evolution" al título para denotar que ésta es una versión "avanzada" de Dragonball. ¡NO MAMEN! No les dejaron usar el título a secas y se inventaron un subtítulo espantoso para contaminar aún más el nombre.
Al final, la historia original de Dragonball queda relegada en pos de las gringadas y la trama se resuelve mágicamente en pocos minutos. La cinta de James Wong es barata, barata, barata, casi se notan los cables que levantan a los actores cuando hacen sus suertes en el aire, muy pobre, ni las pelis de ciencia ficción de los 70s son tan deplorables.
Sólo queda concluir una cosa: en Hollywood hay una gran crisis, y no es económica ni es nueva, es de creatividad, de argumentos, de riqueza cultural. Hollywood ha volteado a Asia para tratar de introducir al mercado occidental ideas frescas, retadoras y fuera de lo común, pero mientras sigan suavizando, agringando y haciendo "digeribles" estas tramas para el público común denominador gringo-estúpido-white-trash, nunca van a lograr realmente un cambio.
Otra conclusión: ¡qué necedad de querer combinar géneros! Dragonball nació como un manga y se pasó al anime. Esto es una práctica muy común que pasa todo el tiempo en Japón. Nada más que se respetan los formatos, aunque la trama sea la misma. En gringolandia no saben adaptar géneros, no tienen el mínimo respeto a cada uno de ellos, no entienden que un videojuego, una película y un manga son formatos BIEN DIFERENTES, que cada uno tiene sus reglas, sus formalismos y sus formas de transmitir el mensaje. NO SE PUEDEN TRASLADAR ASÍ COMO ASÍ. Por que muchas veces la trama se apoya en elementos propios del formato para desarrollarse, elementos que otros formatos pueden no tener, por lo que trasladar el género ya no es tan fácil. ¿Hay excepciones? Sí, muchos libros han pasado a ser películas bastante exitosas y bien logradas, pero últimamente a los gringos se les ha dado por trasladar historias orientales, ya sea de películas o de videojuegos o de anime, y NO LO HAN LOGRADO.
Paralelamente al estreno de Dragonball Evolution, me enteré de la posible adaptación de la joya conocida como Shadow of The Colossus al cine. Segurito va a provocarme otro post igual o más largo e igual o más furioso que éste.
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Y no puedo disfrazárselos ni tantito: durante toda la película, de 1:30 hrs. de duración, me la pasé asqueado.
Dragon Ball Evolution es una gringada en toda la extensión de la palabreja: es un Beverly Hills 90210, conoce a Melrose Place, conoce a los Power Rangers, conoce a Karate Kid, conoce a Dragonball...
Antes de seguir debo aclarar que nunca he sido fan empedernido de Gokú ni de sus aventuras. Sí, lo sé, soy un poco bicho raro. Pero nunca fui tan fan en realidad. A veces me perdía en el hilo de la historia y no sé cada detalle del héroe japonés. Sin embargo, respeto MUCHO esta saga, tanto el manga como el anime, por todo lo que representa, por su humor, por que muchos crecieron viéndola (aunque lo nieguen), por la emoción que provoca, por el gran personaje que es Gokú... la lista es muy larga. ¡Gokú es más conocido que Mickey Mouse en algunos países!
Director: Estaba a punto de decirte lo mismo, ¡tú eres un puberto! Seguro eres fan de la "caricatura" japonesa ésa.
Actor y director: ¡Oh! ¿Y ahora quién podrá salvarnos!
Actor y director: ¡Oh! ¿Y ahora quién podrá salvarnos!
Pero por lo menos me queda una gran satisfacción: yo respeto Dragonball MUCHO MÁS de lo que lo respetan el señor James Wong (director), Ben Ramsey (guionista, ambos con carreras muy poco brillantes), y hasta el mismísimo Akira Toriyama (que permitió todo esto por unos cuantos miles de yenes... la crisis, la crisis). Sí, mencioné a Toriyama, aunque muchos me van a linchar porque es "intocable", es como el Kamisama del manga, sí, pero eso no le quita que sea humano y que le guste la lana.
En esta abominación, Gokú está convertido en el típico adolescente desadaptado cliché, al que todos molestan en la escuela porque es "diferente". Aunque esta situación ya ha sido muuuuuuuuy socorrida por muuuuchos productos mediáticos, hay formas de dotarle de brillantez, como en el caso de "Déjame entrar" o "Let the right one in", película sueca que maneja magistralmente este concepto y que hace poco estuvo en cartelera en México. (Que según sé, por cierto, ya están haciendo remake los gringos... ¡cuándo no!).
Pero regresemos al tema.
Gokú es el muchacho con el que todos se manchan, pero su abuelo, quien le ha enseñado artes marciales y el manejo de su ki, le aconseja que no caiga en provocaciones y que no use su fuerza.
ADEMÁS de ser un pusilánime, este Gokú está enamorado de una chica (alerta de cliché!) que es popular, guapísima, oriental y que anda con los populares. Ella es Chi Chi, otro personaje destrozado de la saga original, aunque eso sí, yo también me enamoré de Jamie Chung, la actriz que la interpreta. Chi Chi se compadece de Gokú y mira con odio a quienes lo abusan, pero no dice nada hasta que se da cuenta que Gokú tiene "un algo" que lo hace especial. ¿Dónde hemos visto eso? ¡EN TODAS LAS TEEN MOVIES GRINGAS!
Ella lo invita a una mega super hiper party en su mansión de Beverly Hills, con autos pimpeados y todo, y ahí es cuando ellos se acercan más porque Gokú se pone parejo a los bullys que lo acosaban en la escuela. Ella lo ve y es cuando le gusta. Por cierto, otra situación cliché de teen movie gringa es que ellos nunca se pueden besar porque justo en el momento del beso algo o alquien los interrumpe. Hasta el final es cuando lo logran. mmm qué original.
De repente se empiezan a dar los acontecimientos, que constituyen un meter a fuerzas, sin conexión alguna, sin coherencia y mal recreados, elementos clave de la saga original de Dragonball como la muerte del abuelo de Gokú, cuando éste conoce a Bulma (otro personaje clave en la historia del Gokú original, simpático e inolvidable, deformado en este remedo de película), cuando ella le cuenta de Capsule Corp. (en pocos segundos que bien pudieron quitarse sin afectar en nada a la ya de por sí fallida cinta), las peleas (mínimas, sin calidad ni emoción alguna), los pobres efectos especiales y la lista sigue...
Ver a Gokú en Unitec tomando clases mientras sueña con que Chi Chi lo pele, es degradante e insultante para quienes pagaron un boleto para ver esta caca (yo no pagué afortunadamente, si no me cae que los demando).
Nota personal: yo fui en Unitec por un tiempo y recordar esas paredes de ladrillos grises y el ambiente en esas clases me dio escalofríos, lo que contribuyó a mi desagrado de esas escenas y a que mi mente se proyectara imaginando: "¿Gokú en Unitec? ¡Pudo ser mi compañero en la prepa! WOW! Eso sí que me hubiera hecho popular..."
Mención especial merece "Lord Piccolo", el villanazo de la trama, degradado al típico villano de película gringa de aventuras o de telenovela mexicana mal hecha que es malo, malo, malo, maloso y nunca sabemos por qué. Monocromático, patético y tedioso. Nomás le tiene odio jarocho a la Tierra por ¿venganza? Ah, es cierto, su motivo es la venganza, otro cliché vacío. Además, es como un remedo de Darth Vader venido a menos (¿"homenaje" mal parido?), hasta se pone su capita negra y todo. El maquillaje es horrible, digno de Odisea Burbujas, y miren que ese programa me trae buenos recuerdos. Ni en los Power Rangers había tanta pobreza. Sus diálogos son vacíos y llenos de clichés, las típicas frases que el malo de la película dice todo el tiempo: "¡me vengaré!", "¡nunca me derrotarás!", "¡te destruiré!", "los humanos son unos estúpidos" y demás estupideces. Hubiera dado lo mismo que hablara o no, pero si hablas en una película, te pagan más, así que...
Hablando de personajes, he aquí la GRAN diferencia entre esta película y la saga original: ninguno de los personajes de la película es entrañable o perdurable en tu mente, a diferencia del manga y del anime donde cada uno es único y tiene una importancia, tiene un carácter y cosas que lo distinguen, que nos gustan y que nos disgustan. Aquí, ni el Gokú se salva de ser plano, aburrido, clichésco y superficial. Todo lo contrario al Gokú original.
Y del maestro Roshi ni hablamos, me da mucho coraje cómo lo "reinterpretaron"... Chow Yun-Fat un desperdicio, mal dirigido, sobreactuado, malparodiando al maestro Roshi, sin esa chispa que el personaje original tiene, un desmadre total.
La trama de Karate Kid, los conflictos adolescentes, las malas actuaciones, los diálogos abominables, los efectos especiales de 2 centavos de peso (no de dólar), las faltas de respeto a la trama original, las gringadas y chistes malos, la cinematografía y la fotografía paupérrimas, las reiteraciones a la trama para llenar tiempo en pantalla, los flashbacks y lagunas mentales metidos a fuerzas para disque ser coherente con la saga original, y muchos otros detalles mierdas hacen de esta película la peor que he visto en lo que va del año, y quién sabe si la supere alguna.
Y que conste que no hablo como fan de Gokú, porque ya aclaré que ni soy tan fan de Dragonball. Si quitamos de nuestra mente quién es Gokú y qué es Dragonball previo a esta mierda de película, aún así tendríamos que asquearnos por lo que hizo la 20th. Century Fox, por las características que mencioné en el párrafo anterior, que no tienen que ver con que sea Dragonball o no. Simplemente, cuando una película es mala como ésta, no tiene que ver en qué esté basada, o si es secuela, o si está inspirada en una leyenda del manga, o si es gringa o china o mexicana o de donde sea. Es mala y punto, aún dejando de lado que está basada en Dragonball.
Sinceramente hubiera preferido un plagio que usar los mismos nombres de los personajes de Dragonball para hacer esto. ¿Porqué no mejor ponerle "Dragonspheres evolution" y se piratean los nombres de todos? Ya ni para parodia sirve esto. Ah, pero eso sí, de acuerdo con los productores, le pusieron el mote de "Evolution" al título para denotar que ésta es una versión "avanzada" de Dragonball. ¡NO MAMEN! No les dejaron usar el título a secas y se inventaron un subtítulo espantoso para contaminar aún más el nombre.
Al final, la historia original de Dragonball queda relegada en pos de las gringadas y la trama se resuelve mágicamente en pocos minutos. La cinta de James Wong es barata, barata, barata, casi se notan los cables que levantan a los actores cuando hacen sus suertes en el aire, muy pobre, ni las pelis de ciencia ficción de los 70s son tan deplorables.
Sólo queda concluir una cosa: en Hollywood hay una gran crisis, y no es económica ni es nueva, es de creatividad, de argumentos, de riqueza cultural. Hollywood ha volteado a Asia para tratar de introducir al mercado occidental ideas frescas, retadoras y fuera de lo común, pero mientras sigan suavizando, agringando y haciendo "digeribles" estas tramas para el público común denominador gringo-estúpido-white-trash, nunca van a lograr realmente un cambio.
Otra conclusión: ¡qué necedad de querer combinar géneros! Dragonball nació como un manga y se pasó al anime. Esto es una práctica muy común que pasa todo el tiempo en Japón. Nada más que se respetan los formatos, aunque la trama sea la misma. En gringolandia no saben adaptar géneros, no tienen el mínimo respeto a cada uno de ellos, no entienden que un videojuego, una película y un manga son formatos BIEN DIFERENTES, que cada uno tiene sus reglas, sus formalismos y sus formas de transmitir el mensaje. NO SE PUEDEN TRASLADAR ASÍ COMO ASÍ. Por que muchas veces la trama se apoya en elementos propios del formato para desarrollarse, elementos que otros formatos pueden no tener, por lo que trasladar el género ya no es tan fácil. ¿Hay excepciones? Sí, muchos libros han pasado a ser películas bastante exitosas y bien logradas, pero últimamente a los gringos se les ha dado por trasladar historias orientales, ya sea de películas o de videojuegos o de anime, y NO LO HAN LOGRADO.
Paralelamente al estreno de Dragonball Evolution, me enteré de la posible adaptación de la joya conocida como Shadow of The Colossus al cine. Segurito va a provocarme otro post igual o más largo e igual o más furioso que éste.