martes, julio 20, 2010

Inception ("El Origen"): reseña / crítica

Los sueños son un mundo aparte que no todos deberían atreverse a explorar, porque siempre hay muchos riesgos. Sin embargo, Christopher Nolan (The Dark Night, Batman Begins, Memento) se atrevió mediante una mezcla muy afortunada y, sin duda, inteligente en Inception (“El Origen”).
Inteligente, porque la trama es acertada y profunda. Afortunada, porque nunca deja de ser un "blockbuster" hollywoodense enfocado a las masas, pero su gran mezcla de la vieja fórmula de película de acción con temáticas profundas es algo que muy pocos podrán (o querrán) explorar, ver más allá de lo evidente para meterse en las profundidades de Inception. Algo que me recuerda mucho los distintos niveles de interpretación y de disfrute de Evangelion. Niveles que también vemos, desde otro punto de vista, en los sueños, mismos que son el tema de esta cinta.

En ella, Leonardo DiCaprio (Cobb) es un ladrón encargado de penetrar en el subconsciente de las personas en el momento en que su mente es más vulnerable: el sueño profundo. Sus habilidades le permiten entrar en la mente de las personas y robar información valiosa en un mundo en el que el espionaje ha avanzado a niveles extraordinarios. Es una realidad donde el mayor peligro no son las bombas, sino lo que pasa en nuestra mente: las ideas, mismas que se pueden expandir en la mente como un virus letal que modifica nuestras acciones y decisiones de forma inconsciente.
Las peligrosas actividades de Cobb le han puesto en la mira de muchas personas, por lo que es un fugitivo con el tiempo contado. Sin embargo, un último trabajo podría absolverlo. La tarea no es nada sencilla, de hecho, en teoría es imposible: alguien le pide que haga el proceso contrario, que implante una idea en vez de robarla. Si lo logra, ese alguien hará una llamada que le permitirá a Cobb reencontrarse con su familia y vivir en libertad. Pero esta tarea se complica cuando Cobb es perseguido de nuevo por alguien o algo que sabe cada uno de sus movimientos y pone en peligro su consciencia y su realidad… incluso dentro de los sueños.

Inception es muy probablemente el “blockbuster” perfecto por varias razones que explicaré.
Primero porque su temática es muy arriesgada (los sueños y el subconsciente), pero Nolan la trata de una forma creíble, con un planteamiento claro, reglas explícitas, guión acertado y dirección ejemplar.

Esto es destacable porque el tema se presta no sólo a ambigüedades, sino a caer en lo pretencioso. Es cierto que una película así tiene una gran dosis de pretención, pero esto es normal dada la temática. Sin embargo, Nolan no exagera ni va más allá, permitiéndote disfrutar la cinta sin decir “está muy jalada”. El director tiene mucha consciencia de lo que es la ciencia ficción, y de cómo una buena película de este género debe estar sustentada en mucha ciencia para que tú como espectador te creas la ficción. Es evidente que Nolan investigó muy bien antes de escribir su cinta y fundamentó muy afortunadamente sus pretensiones con ella.

Por ello Inception gustará a las masas: su trama es inteligente pero lo suficientemente aterrizada como para ponerte a pensar sin divagar demasiado. Los elementos que el director y guionista te da son suficientes para ponerte a usar tus neuronas pero sin frustrarte por no encontrar una “respuesta”. Es un ambiente controlado al que nos sumerge el director, muy ad hoc con la temática de la cinta, por cierto (ya que él logra lo que Cobb busca: implantar una idea y hacer que nos la creamos). Los elementos son claros como para hacerte producir tus propias teorías pero no va más allá ni divaga, es coherente con las reglas de su universo.
Por otro lado, el elenco y la forma en la que se nos es presentado siguen una fórmula que no puede fallar. ¿Viste Ocean’s Eleven? Inception se parece mucho a ella pero en el buen sentido: nos presenta a un elenco de “héroes”, cada uno con una función y personalidad específicas, con los que nos encariñamos y descubrimos sus motivaciones. DiCaprio es el líder de este elenco que brilla por sí mismo, aunque sin desdibujar el protagonismo del primero. Dicho "cast" tiene un objetivo en común que debe alcanzar bajo presión de tiempo, por lo que vemos las acciones de cada uno y la importancia que tienen para el todo, aumentando la tensión a cada segundo y sumergiéndonos en un thriller muy efectivo.

Dado que la trama se desarrolla en diferentes “sueños” o etapas que ocurren una al mismo tiempo que la otra, vemos versatilidad en las actuaciones y diferentes roles, así como escenarios y ambientes diversos. Un acierto muy afortunado sin duda alguna, pues Nolan logra emocionarnos y mantenernos siempre alertas, algo conscientemente hecho para agradar a las masas.
Sinceramente, esperaba mucho más espectacularidad en los efectos especiales; sin embargo, al ver la película como un todo, me pude dar cuenta de que éstos son adecuados, incluso podríamos decir que son “sobrios” si tomamos en consideración que ésta es una película que explora el subconsciente y los sueños de las personas. En otras palabras, los efectos especiales no son un estorbo ni desdibujan el objetivo primordial de la trama; son un elemento que ayuda mucho al guión y van en concordancia perfecta con el ritmo de la cinta. La complementan, sin ser el eje de atención como pasa en otros casos.

En cuanto a la trama, bueno, sé que habrá muchas teorías e interpretaciones sobre ella, y sobretodo sobre el intrigante final (tan intrigante como todo el resto de la cinta, muy al estilo de Blade Runner, si viste ambas cintas verás por qué). Aquí no me meteré al análisis porque sería muy largo y, a fin de cuentas, es muy personal (y además habría muchos spoilers). Sin embargo, lo que sí voy a destacar es que, a pesar de que Nolan aplica una fórmula vieja para agradar a las masas, logra lo que ningún otro “blockbuster” hollywoodense hará en este verano: hacer pensar al auditorio. Proeza que, según yo recuerdo, no ha logrado hacer ningún otro director con ningún otro “blockbuster” en los últimos años.
El manejo de los sueños es complejo, como ya lo mencioné, pero dado que Nolan nos dice las reglas del juego de una forma tan clara, es muy fácil que nos dejemos llevar por lo que nos plantea. Sin embargo, no nos deja las cosas tan fáciles y tenemos que ir hilando las pistas que nos da para entender realmente qué es lo que está pasando. Empero, este proceso no es nada complicado, denso ni pretencioso como otras películas con otros directores. Sin ser superficial o banal, el tema es tratado bien, a un nivel entendible para la mayoría de las personas. En lo personal, busco las películas complejas que NO sean entendibles para la mayoría, pero Inception me gustó porque es una película cercana a las masas sin ser estúpida.

Lo que hace más cercana la trama a las personas es que todos hemos soñado alguna vez. Algunos recuerdan lo que sueñan, otros no. Algunos viven en sus sueños, otros viven a través de sus sueños, otros matan sus sueños, quisieran matar lo que ven en ellos o rescatar lo que ven en ellos. Todos hemos soñado y todos nos hemos quedado perplejos ante algún sueño particular que no entendemos pero, por alguna extraña razón, sabemos que es importante para nosotros. Todos queremos saber qué significan los sueños. Todos tenemos curiosidad por ellos y ése es el gancho perfecto que Nolan está empleando para hacer de Inception un éxito.

¿Vas a tener que volver a verla para entender del todo las reglas del juego? Sí, pero la experiencia de volver a verla no será una tortura ni algo de flojera o inútil porque hay muchos detalles que segurito se te van a ir vivos la primera vez que la veas.  Así que vale mucho la pena verla de nuevo y a lo mejor así interpretas más claramente el final. Y dije “interpretar”, no “entender”, porque éste es uno de esos productos mediáticos que más vale interpretar que entender. Es mejor el viaje que el destino final, sin duda. Deja que tus neuronas trabajen, déjate llevar y disfruta de una de las mejores cintas de este siglo.
(Si alguien quiere poner aquí sus interpretaciones de la película, o sus teorías sobre los sueños o sus simples opiniones, son muy bienvenidos a hacerlo).
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jueves, julio 01, 2010

Shrek Para Siempre: El Capítulo Final: Reseña / Crítica

La saga de Shrek es una de mis favoritas en cuanto a animación se refiere, pero debo confesar que para mí ha estado llena de luces y sombras.

Dentro de las opciones de estudios de animación que tenemos, creo que Pixar se lleva el triunfo en mis gustos personales, por la forma tan inteligente en la que trata temas adultos en cada una de sus cintas.  Sin embargo, Shrek tiene algo que ninguna saga de Pixar tiene: el sarcasmo. Para mí, ese elemento es lo que para una solterona/puberta desesperada son unas lindas flores y un carrazo: me ganan con él.


Así, Shrek tiene ese encanto que, unido al de las parodias que hacen de todo el mundo usando los cuentos de hadas que todos conocemos, simplemente le da una ventaja insuperable.  Siempre me ha gustado cómo usa esos cuentos para hacer críticas sobre la sociedad, parodias hacia ella y hacia los mismos cuentos, etc.

En el último capítulo de Shrek (o eso dicen que es), vemos este sello de sarcasmo y a un ogro congruente con lo que le ha sucedido en las anteriores cintas: parece que vive por fin "feliz para siempre" con Fiona, sus tres hijos, Burro y el Gato con Botas. La gente lo ve como un amigo y se ha convertido en toda una celebridad, que incluso es un atractivo para los turistas. Todos los días se levanta a atender a sus hijos y a soportar los incordios de Burro. Todos los días quiere hacer algo para consentirse a sí mismo pero no lo logra. Todos los días... todos los días... todos los días...

Entonces, en una ocasión se harta de tanta felicidad que se traduce en rutina y añora los días del pasado en el que era un ogro "soltero", asustaba a la gente, se bañaba en lodo y no tenía responsabilidades. De pronto, llega un personaje que promete que resolverá todos sus problemas. Es un pequeño individuo llamado Rumpelstiltskin que le ofrece 24 horas de ogro común y corriente. (Obviamente si sabes un poco de cuentos de hadas, sabes qué onda con Rumpelstiltskin y por qué no debes hacerle caso). Shrek acepta gustoso, pero a cambio él deberá darle un día de su vida a Rumpelstiltskin, ¿qué día? "¡Cualquiera!" dice el duende, "incluso uno que no te importe, uno que no recuerdes". Las consecuencias de esta decisión serán funestas para nuestro ogro, aunque también hay algo detrás del ofrecimiento de Rumpelstiltskin, algo que tiene que ver con su pasado y que pondrá en peligro a todo el reino de Muy, Muy Lejano...


Parece mentira que éste sea el último capítulo de Shrek. Sin embargo, lo hubiera podido borrar fácilmente para dejar la saga en una trilogía. Esta película se me hizo como uno de esos capítulos de relleno que sólo alargan innecesariamente (mas no arruinan) una gran serie de TV. Shrek 4 es como el capítulo de Nikki y Paolo de Lost. Sí, tristemente, así es.

La trama es como uno de esos episodios unitarios de una serie gringa en los que lo único que importa es ver a los personajes que tanto queremos en una nueva aventura, y el contexto y la justificación no importan. O como uno de los nuevos capítulos de Los Simpson.

El capítulo es redondo, con un planteamiento, un clímax y un desenlace al más puro estilo de las sitcom gringas que realmente no aporta nada a la saga. Es tan irrelevante que hasta el mensaje de la cinta, que en las películas pasadas era sutil, aquí es explícito y simplón, aunque no por ello menos real o menos aleccionador. No lo diré aquí, pero en los primeros minutos de la cinta lo vas a descubrir sin pensar demasiado.


La cinta se la lleva Rumpelstiltskin, quien ofrece los mejores chistes y parodias, aunque no deja de ser el típico villano que triunfa al inicio pero al final le va mal. No hay sorpresas en ese apartado.

Tal vez lo más atractivo de la cinta (para los que han visto todas las demás) sea ver a los mismos personajes de siempre pero en papeles muy distintos: Burro desconociendo a Shrek y negando su gran "amistad"; el Gato con Botas sin botas y tan gordo que no puede ni lamerse a sí mismo; Fiona convertida en una guerrera machorra que no muestra el más mínimo interés por Shrek; y el ogro convertido en un hombre norteamericano promedio, una versión patética de Homero Simpson pero sin la gracia y casi desahuciado.

Los chistes de la peli se basan precisamente en ese "cambio de papeles" de los personajes y en los cambios que han tenido y que parece que no se podrán revertir. Hay una gran falta de personajes memorables, y los que regresan sólo están ahí como metidos a fuerza para que no los extrañen los fans, "para despedirse" con diálogos que carecen de la inteligencia de las anteriores entregas y chistes simplones y lógicos.



Al capítulo final de Shrek le falta mucha magia y por lo tanto es una agridulce despedida para el ogro. No puedo decir que sea una película basura, pues me la pasé bien (a secas) en el cine, pero pocos serán los diálogos que vas a recordar, y pocas serán las anécdotas que repetirás una y otra vez del tipo "¿te acuerdas de la película de Shrek cuando...?".  Hay momentos en los que sinceramente me reí, pero muy pronto seguramente olvidaré de qué.

¿Y el 3D? Bueno, está bien logrado en la cinta, pero esto del 3D en el cine es un asunto que sigue sin emocionarme demasiado, así que no hablaré mucho de él.

Shrek 4 es una película tristemente palomera (o "nachera", yo prefiero los nachos). Si eres fan, ve a verla para cerrar este ciclo que a muchos nos acompañó desde que éramos adolescentes hasta ahora. Si no, mejor espera a verla en un camión rumbo a algún destino al que llegues en mínimo dos horas para poderla ver completa. 


Mi frase favorita de toda la película: "¡GRÚÑEME!" (cuando la vean sabrán a qué me refiero). Vale la pena verla en español, pues aunque el guión deja mucho qué desear, la actuación de Eugenio Derbez, Germán Ortega y compañía es afortunada.

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