En la inauguración del
Festival Macabro 2010 (
http://www.macabro.mx) tuve la oportunidad de ver esta cinta del director
Jorge Michel. Se trata de una película mexicana muy sonada porque estuvo en
Cannes y fue bien recibida en el festival de cine de fantasía y ciencia ficción
Fantasia, uno de los más importantes del mundo, celebrado en Montreal, Canadá.
Los comentarios fueron en general muy eufóricos acerca de esta película, lo que hizo que llamara mi atención. Pero no sólo por eso, sino por la temática y el planteamiento de la trama. La verdad es que sí estaba un poco hypeado por ella… pero todo esto es una prueba más de que nunca hay que esperar nada, si es que no quieres terminar decepcionado… como en este caso me pasó
Somos lo que hay trata de una
familia de caníbales que un mal día pierden a su líder, el padre, quien se encargaba de llevar el “sustento” a la casa. En ese momento, los tres hijos y la madre deben ideárselas para conservar su modo de vida, sin que se ponga en riesgo la estabilidad familiar.
La familia consiste de la
madre, desesperada y un poco neurótica por la situación que están viviendo; un
hermano mayor desubicado; una
hermana sensata; y un
hermano menor rebelde e impulsivo. Ellos son una familia pobre que vive en la Ciudad de México que, además de ser caníbales, reparan y venden relojes en un mercado sobre ruedas instalado en una zona muy pobre.
Describir esta película es tun tanto difícil por la
mezcolanza tan desafortunada que le director hizo, pero lo intentaré.
Para empezar, esta cinta
no es para nada gore ni da miedo, como muchos la pintan y como yo esperaba de un festival como el Macabro. Más bien se trata de una
cinta de conciencia social, con comedia digna del
canal 9 de Televisa, que hace
excesivos homenajes a grandes clásicos del terror y la acción, mientras nos alecciona sobre las consecuencias que tiene la
desintegración familiar. Sí, todo eso.
Somos lo que hay se presta a que varíe un poco la forma en la que hago mis reseñas en este blog, y dado que es una película difícil de describir, prefiero enlistar aquí los
clichés del cine mexicano que contiene, mismos que están presentes en todo momento y de los que parece que nunca vamos a salir, lamentablemente:
- La temática social. Sobre esto hablaré más adelante, pero en la película siempre vemos pobreza, marginación, prostitutas, antros de mala muerte, suciedad… como si de verdad TODO México y toda la ciudad fuera así. Luego por eso nos preguntamos por qué los extranjeros tienen tan mala imagen de nosotros. ¿Evitar hablar de todo esto nos va a hacer mejores? No, pero pues desde Los Olvidados de Buñuel parece que esto es lo único que los cineastas ven en México.
- Adolescentes confundidos con su sexualidad / homosexualidad. Ok, esto tampoco es algo que el director haya inventado para la película: es toda una realidad, nadie lo niega. Pero la forma en la que lo emplea para la película se me hizo irrisoria, como si estar confundido con la sexualidad sea el único conflicto que los adolescentes tienen o como si la homosexualidad fuera EL problema que los adolescentes conflictivos tienen por excelencia… ¡no manches! Esto sí ya es un cliché de varias películas.
-El humor barato y simplón. Por eso es que digo que esta película bien podría pasar en el canal 9, cualquier sábado en la tarde. Yo pensé que estaba viendo una película de esas de “humor político” o el programa de “poli, policías” que parodian en Los Simpsons. Se trata de un humor diametralmente opuesto a lo fino o a lo inteligente, basados en la comedia fácil, la imitación, ese humor del que sólo te puedes reir cuando dejas tu cerebro en neutral y que ha sido una constante en el cine mexicano en toda clase de películas baratas de serie B.
-Sátira política. Dentro del humor que se maneja en la cinta, el guionista se dio el “lujo” de meter chistes políticos sobre el Bicentenario y el Gobierno. No sé si este tipo de chistes le hayan dado risa a todo el público de Cannes y de Canadá que supuestamente alabaron la película. Yo lo dudo mucho.
Mención aparte merecen unos judiciales que salen en la cinta y que, si bien son medio importantes para la trama, bien pudieron haber sido interpretados por Viruta y Capulina. Y entonces la película se pudo haber llamado “Viruta y Capulina contra los caníbales”. ¿Cuántas parodias de policías no hemos visto ya en la TV y en cine mexicano? De verdad, de pena ajena.
-Homenajes al cine extranjero. Kubrick, Hitchcock, Del Toro y demás glorias del cine son “homenajeados”, por no decir “emulados”, a lo largo de toda la película. Tanto que hasta el mismo director aceptó que muchos de esos homenajes hasta fueron inconscientes y los descubrió sólo cuando estaba editando la película. Sé que esto no es un cliché del todo “malo”, pero ya me cansé de oir a los directores mexicanos, sobre todo a los jóvenes, decir que “se inspiraron en”. Son pocos los que no dicen eso, son pocos los originales. Y está bien hacer homenajes, pero no hay que abusar de ellos. Vaya, ¡hasta escenas de Terminator están “homenajeadas”! Chale…
-Y EL CLICHÉ MÁS CLICHÉ DE TODOS LOS CLICHÉS DEL CINE MEXICANO. ¿A que no adivinan qué es? O más bien, QUIÉN es… pues sí, el señorón
DANIEL JIMÉNEZ CACHO sale en
Somos lo que hay. Sí, sale en una participación desafortunadísima, como empleado de una morgue de pocamonta. Su pésima y forzada actuación, que buscaba causar risa, se convirtió en uno de los muchos momentos que para mí salieron sobrando en la película. Claro que el director lo pensó para que tuviera importancia en la trama, y sí la tiene, porque a fin de cuentas no iba a desperdiciar el “gran” cameo de este actor.
No les miento:
desde que vi que salió el señor Jiménez Cacho supe que la película se iba a ir al caño. Y no porque me caiga mal él o no me guste cómo actúa, sino porque su participación es tan simplona y ridícula que para mí rompió con la atmósfera que se creó desde el inicio con una fotografía buena (a secas), tomas interesantes y actuación buena del padre de familia (en la primera escena de la película vemos cómo muere).
Lamentablemente después de lo de Jiménez Cacho, y al oir las risas, algunas sinceras y otras de pena, de los asistentes, la película nunca levantó para mí.
Somos lo que hay tiene un
guión tímido (por no decir cobarde):
nunca se mete con profundidad a nada, ni a la comedia, ni a lo mórbido, ni a lo gore, ni a lo violento, ni al terror, ni a la conciencia social, ni a la problemática de la homosexualidad, ni a los dilemas de la familia mexicana actual, ni a la pobreza ni a nada. Es un coctel saturado de temas en donde ninguno termina de cuajar.
Al final de la proyección el director platicó un poco con los asistentes. Dejó claro que su intención principal no fue “espantar” sino crear conciencia sobre cómo
la pérdida del núcleo familiar provoca esa desintegración. Lamentablemente, el tomar el tema del canibalismo no aportó nada a este desgastado tema. Pudo haber sido una película con pingüinos parlanchines, e igual hubiera podido hablar de la desintegración familiar.
Lamentablemente, esta temática del canibalismo tan atractiva (sobre todo para una película mexicana) se prestaba a mucho más, pero el director lo minimiza a ser una simple novedad, una simple “curiosidad” enmarcada por el tema principal que era
la desintegración.
No verás escenas violentas, salvo algunos close ups temerosos a caras golpeadas o cosas así y un dedo humano con el que Daniel Jiménez Cacho hace una broma muy tonta. De ahí en fuera todo está “sugerido para que el espectador cree las escenas en su mente”, según el director… Sí verás persecuciones con los “poli, policías”, algunos crímenes muy oscuros, prostitución, etc.
Y el final… el final tampoco me sorprendió y no sé, pero me recordó MUCHO a
Rojo Amanecer…
Aunque nunca le vi pies ni cabeza a
Somos lo que hay, hay cosas que hay que reconocerle a Michel: me parece
inteligente y audaz la idea de hacer una reflexión sobre la desintegración de la familia que
se sale de los convencionalismos. Es una idea de metáfora que se vuelve original y afortunada al mezclar el elemento del
canibalismo. Lástima que por querer meter tantas cosas, homenajes, comedias, chistes baratos y problemas paralelos como la prostitución o los que tiene uno de los protagonistas con su sexualidad, las persecuciones, o la rebeldía adolescente,
la intención original se desvanece por completo. El concepto del canibalismo nunca llega a cuajar porque durante toda la cinta se habla de un
"rito" que nunca conocemos ni vemos. Está bien que haya querido que el expectador "creara" todo en su mente, pero no hay que exagerar.
En resumen:
Somos lo que hay es una película
decepcionante, digna del canal 9, pero con una
premisa original e interesante, así como intenciones de reflexión bastante buenas. Pero todo queda en un intento muy mexicano en la que el director se dejó llevar por su fanboyismo exagerado, su megalomanía, sus ganas de abarcar mucho que resultaron en apretar poco. Tal vez si hubiera sido advertido de que esta cinta no era lo que me imaginaba, me hubiera reído un poco más, pero acepto que yo tuve la culpa por crearme falsas expectativas. Ya que la vean ustedes, me gustaría saber su opinión.
Somos lo que hay se estrena comercialmente en México en octubre de 2010