Penúltima...
Qué raro se lee esa palabra...
"Penúltima"...
Pues sí, es la penúltima crisis de fin de semestre que tendré en mi vida. ("En mi vida..." Eso igual se lee raro, pero es la verdad: así es de definitivo)
Luis Fernando habló con nosotros hoy a media clase de Sandra. Me entró como que la nostalgia por lo que nos dijo. Y eso que no fue nada significativo: los horarios del último semestre, consejos para las clases, que regresa la "libertad" de los viernes (como en los viejos tiempos), la onda de la tesis, el pago anticipado del último semestre, el stress que se nos viene en la clase de Práctica de Cine con Mérling sensei...
El último semestre...
De veras es el último...
Estoy tratando de hacer memoria de cómo me imaginaba la universidad cuando iba en la Primaria... No, no puedo... Igual en la Secu.... No, tampoco. Bueno, en la prepa... Naah, la verdad es que comencé a pensar en la universidad como ya a finales de prepa. Cuando ansiaba salir de la asquerosa escuela en la que estaba. Y pensaba muy poco sobre ella. Sobre la universidá. Sobre la Universidá no pensaba... Sí pensé en su momento a qué me quería dedicar. De eso sí me acuerdo muy bien. Iba en la primaria cuando le dije a mi maestra que quería ser periodista. Iba en la secu cuando me dijeron que el periodista era muy mal pagado. Iba en la prepa cuando descubrí una cosa rarísima que se hace pasar por carrera llamada "Ciencias de la comunicación". Ya estaba en mi Alma Mater cuando Luis Fernando me regañó:
-¡Aquí se llama "Comunicación"!
Así, a secas. La comunicación no está compuesta por ciencias. No señor.
De todas formas, a la larga descubriría que no existen los comunicólogos, sino los todólogos. Cuántos todólogos no estarán ahora de taxistas, o vendiendo piratería o de recepcionistas en oficinas de mala muerte, o (me consta) vendiendo ropa interior femenina por catálogo...
Miles de opciones, y sólo uno mi destino. ¿Cuál será?
Es el fin del penúltimo semestre. Es el principio de un fin anunciado. La graduación será en Bellas Artes, con togas y trajes elegantes, como en las películas. El rector, cual Papa Benedicto XVI, entregando medallas a los más destacados. Será gracioso verme ahí, recibiendo eso de ese que casi nadie ve, que es como un fantasma, por su aspecto y por sus esporádicas apariciones por la universidad... Será gracioso.
Ya estamos haciendo planes: estaba hoy platicando con Moy-kun y Monik-sama sobre lo que haremos al terminar, mientras los demás trabajaban en la escenografía de nuestro programa de TV... jajajaja, qué rico echar la hueva...
Nos iremos a la playa. Tiene que ser así. Ahorraré porque el dinero cada vez es más escaso... Pero nos iremos a la playa.
La verdad es que es raro que yo piense en el futuro. Por eso no pensaba en la universidá en mis tiempos mozos. Prefería vivir el momento. Aún hoy, sigo prefiriendo eso... Sin embargo, a mis 21, casi 22, llegó el momento de pensar, aunque sea un poco en el futuro. Si no es ahora, nunca. Y es necesario. Lamentablemente necesario.
Pero, a pesar de todo, sigo siendo un hombre que vive el hoy.
Hoy, por ejemplo, tengo que aprenderme el Hamlet para la clase de doblaje.
Hoy, por ejemplo, tengo que terminar el resumen del Foro Binacional sobre Migración que le debo a Rita desde antes de mi "semana sabática". Hoy debo terminarlo, porque ya terminaré mi servicio social en unos días y no quiero quedar a deber nada...
Hoy debo dormir temprano porque sólo dormí 2 horas por preparar lo de Sandra, que, por cierto (más bien, por suerte), no presenté. Hubiera sido el acabose.
No he hecho nada de nada. Hoy debo terminar esto. Y ponerme a trabajar.
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Qué raro se lee esa palabra...
"Penúltima"...
Pues sí, es la penúltima crisis de fin de semestre que tendré en mi vida. ("En mi vida..." Eso igual se lee raro, pero es la verdad: así es de definitivo)
Luis Fernando habló con nosotros hoy a media clase de Sandra. Me entró como que la nostalgia por lo que nos dijo. Y eso que no fue nada significativo: los horarios del último semestre, consejos para las clases, que regresa la "libertad" de los viernes (como en los viejos tiempos), la onda de la tesis, el pago anticipado del último semestre, el stress que se nos viene en la clase de Práctica de Cine con Mérling sensei...
El último semestre...
De veras es el último...
Estoy tratando de hacer memoria de cómo me imaginaba la universidad cuando iba en la Primaria... No, no puedo... Igual en la Secu.... No, tampoco. Bueno, en la prepa... Naah, la verdad es que comencé a pensar en la universidad como ya a finales de prepa. Cuando ansiaba salir de la asquerosa escuela en la que estaba. Y pensaba muy poco sobre ella. Sobre la universidá. Sobre la Universidá no pensaba... Sí pensé en su momento a qué me quería dedicar. De eso sí me acuerdo muy bien. Iba en la primaria cuando le dije a mi maestra que quería ser periodista. Iba en la secu cuando me dijeron que el periodista era muy mal pagado. Iba en la prepa cuando descubrí una cosa rarísima que se hace pasar por carrera llamada "Ciencias de la comunicación". Ya estaba en mi Alma Mater cuando Luis Fernando me regañó:
-¡Aquí se llama "Comunicación"!
Así, a secas. La comunicación no está compuesta por ciencias. No señor.
De todas formas, a la larga descubriría que no existen los comunicólogos, sino los todólogos. Cuántos todólogos no estarán ahora de taxistas, o vendiendo piratería o de recepcionistas en oficinas de mala muerte, o (me consta) vendiendo ropa interior femenina por catálogo...
Miles de opciones, y sólo uno mi destino. ¿Cuál será?
Es el fin del penúltimo semestre. Es el principio de un fin anunciado. La graduación será en Bellas Artes, con togas y trajes elegantes, como en las películas. El rector, cual Papa Benedicto XVI, entregando medallas a los más destacados. Será gracioso verme ahí, recibiendo eso de ese que casi nadie ve, que es como un fantasma, por su aspecto y por sus esporádicas apariciones por la universidad... Será gracioso.
Ya estamos haciendo planes: estaba hoy platicando con Moy-kun y Monik-sama sobre lo que haremos al terminar, mientras los demás trabajaban en la escenografía de nuestro programa de TV... jajajaja, qué rico echar la hueva...
Nos iremos a la playa. Tiene que ser así. Ahorraré porque el dinero cada vez es más escaso... Pero nos iremos a la playa.
La verdad es que es raro que yo piense en el futuro. Por eso no pensaba en la universidá en mis tiempos mozos. Prefería vivir el momento. Aún hoy, sigo prefiriendo eso... Sin embargo, a mis 21, casi 22, llegó el momento de pensar, aunque sea un poco en el futuro. Si no es ahora, nunca. Y es necesario. Lamentablemente necesario.
Pero, a pesar de todo, sigo siendo un hombre que vive el hoy.
Hoy, por ejemplo, tengo que aprenderme el Hamlet para la clase de doblaje.
Hoy, por ejemplo, tengo que terminar el resumen del Foro Binacional sobre Migración que le debo a Rita desde antes de mi "semana sabática". Hoy debo terminarlo, porque ya terminaré mi servicio social en unos días y no quiero quedar a deber nada...
Hoy debo dormir temprano porque sólo dormí 2 horas por preparar lo de Sandra, que, por cierto (más bien, por suerte), no presenté. Hubiera sido el acabose.
No he hecho nada de nada. Hoy debo terminar esto. Y ponerme a trabajar.
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