lunes, noviembre 22, 2010

Lanzó “Nibiru Studios” el juego “A 100 Revoluciones" este 20 de noviembre.

(Texto íntegro publicado originalmente en el sitio http://www.veracidadinformativa.blogspot.com. Autor:  
“Nibiru Studios” lanzó oficialmente el juego “A 100 Revoluciones" el 20 de noviembre y posteriormente aparecerá un nuevo nivel, alrededor de cada 2 meses, para dar un total de siete. Tendrá distintas formas de juego como, el tipo aventura, minijuegos y galería o coleccionable.

Un equipo de egresados de la Universidad Autónoma Metropolitana se ocupa en mejorar el nivel educativo de las nuevas generaciones a través de la creación de nuevas tecnologías multimedia. Su primer gran proyecto es un juego de video que llevará a estudiantes de preescolar, primaria y público en general a relacionarse con los principales eventos de la revolución mexicana de forma gratuita por medio de internet y con opción en redes sociales.

Esos jóvenes entusiastas festejan el Centenario de la Revolución Mexicana con un título llamado “A 100 Revoluciones”, firmado con su nombre de equipo “Nibiru Studios”, y apoyado por Mundo y Tecnología, Veracidad Informativa, blog de internet totalmente sin fines de lucro abierto hace año y medio. El videojuego se caracteriza por contenidos caricaturescos, una simplificación de la historia y secuencias animadas narrativas.

“En dicho videojuego presentamos la historia mencionando y enfatizando a los hombres que no se mencionan tan comúnmente en los libros de historia o documentales, dando como resultado una amplia gama de personajes y un panorama multidimensional sobre este hecho histórico”, explica en exclusiva a El Sol de México el equipo encabezado por Dulce María Domínguez, diseñadora de comunicación gráfica y Guillermo Augusto Sánchez y Mariano Martín Ramírez Tamayo, ambos egresados de la carrera de ingeniería en computación.

De qué se trata “A 100 Revoluciones.”
Es un videojuego de aventura casual donde el jugador toma el control de varios personajes para colaborar en el desarrollo de la Revolución Mexicana. Se cuentan los detalles desde el punto de vista de los personajes que participaron en ella. Se trata de las diversas causas que provocaron la proclamación de una nueva constitución política con leyes que ayudan al pueblo.

El objetivo es demostrar que la historia se puede aprender de una manera divertida y sencilla, sin necesidad de métodos anticuados, atrayendo a un público joven que normalmente rehúsa el aprendizaje voluntario de la historia de nuestro país. Se ofrece una experiencia enriquecedora y didáctica referente a este lapso de historia tan importante para los mexicanos contemporáneos, porque los videojuegos son una excelente plataforma para acercarse al público infantil.

“A Cien Revoluciones” tiene fundamento en los hechos históricos que acontecieron de 1910 hasta 1917, llevando al usuario a través de los estados de la República Mexicana y trasladándolo en un viaje para conocer a los personajes que participaron en la Revolución Mexicana. El concepto combina la historia y los medios digitales de entretenimiento que atraen a los niños en edades escolares.

Por ser un juego basado en la historia la información es asimilada de forma implícita por el usuario y de forma natural aprende el contenido plasmado en él. La historia se desarrollará en diversos escenarios del México revolucionario de 1910 a 1920 como la estación de trenes de San Luis Potosí, la Villa Ayala en Morelos, el centro de Ciudad Juárez, la penitenciaria de Lecumberri en la capital del país y el Palacio Nacional.
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jueves, noviembre 11, 2010

Machete: reseña / crítica

Lo que comenzó como un falso tráiler dentro de Grindhouse, se convirtió en una de las películas mejor logradas que he visto en el año.
“¡Es asquerosa!”, dirán algunos. “¡Qué pésimo gusto tienes!”, me recriminarán otros. Pero aun así reitero que ésta es una película muy bien lograda, ¿por qué lo digo?

Me han preguntado muchas veces qué es lo que se debe tomar en cuenta para hacer una reseña objetiva de un videojuego. En resumen, yo les he respondido que lo primero que debes identificar tú como reseñista es el objetivo o la premisa de ese producto. Si al probarlo o al terminarlo te das cuenta de que esa premisa se cumple, entonces el juego ya debería tener una calificación aprobatoria. Todo lo demás son simples adornos que acompañan a esa premisa. Por sí solos estos “adornos” no deben determinar la calificación de un juego, ni para bien ni para mal. Lo importante es la premisa.

Pues bien, lo mismo puede aplicarse para las películas y en general para cualquier obra que sea objeto de reseñarse.

En este caso, la premisa de Machete es clara: ser una película de “explotation” del sexo, la violencia, la sangre, los diálogos ridículos, la acción y la política. Esa premisa se cumple y ya con esto para mí Machete es una buena película. Sin embargo, si a esto le agregamos estupendos “adornos” como la presencia de un humor sarcástico y descarado, sangre a litros, plomo y metal por doquier, un elenco bien conformado, diálogos tan ridículos como memorables, personajes con peso y una dirección afortunada obtenemos sin duda alguna una de las películas mejor logradas del año.
Pero creo que lo que más me sorprendió es que la historia de Machete (Danny Trejo) va más allá de lo que aparenta: la trama nos cuenta acerca de un inmigrante mexicano en Estados Unidos que en su pasado fue agente federal. Como tal, al principio de la película vemos cómo se involucra en una operación sin la autorización de su jefe, y en ella se topa con el principal “villano” del filme: un jefe narco llamado Rogelio Torres, interpretado por una bola de grasa conocida como Steven Seagal (quien tras su primera aparición en la cinta arrebató varios “iuuuughhh” a los espectadores).  Tras uno de los inicios de película más espectaculares que he visto, con mucha sangre y acción (en donde el protagonista presencia la muerte de su esposa y su hija), vemos a Machete persiguiendo “la chuleta” día tras día en un país donde es ilegal y donde se le ve como un virus mortal, al igual que a todos los demás ilegales.

En Estados Unidos es contratado por el coordinador de un candidato a senador para asesinarlo, pero luego es traicionado. Ahora Machete busca una doble venganza: contra quienes los traicionaron en EUA y contra Rogelio Torres. Para su alegría (y la nuestra), la primera le llevará a la segunda.
Machete es un personaje excepcional: es asquerosamente feo, infalible, mortal, frío, imán para mujeres hermosas, no habla mucho y cuando lo hace es casi seguro que sus palabras serán tan memorables como graciosas (“Machete no textea. Machete improvisa.”). Es una especie de robot insensible experto en armas. Gracias a él, sin duda, Robert Rodríguez (el director de la cinta) logró lo que se propuso: hacer una especie de Jean-Claude Van Damme o Charles Bronson pero a la mexicana, con todo lo que ello conlleva. Obviamente, en Machete vemos una gran influencia de los temas que siempre lo han apasionado y que refleja en su cine. También verás muchos recuerdos de cintas como El Mariachi, Del Crepúsculo al Amanecer y Once upon a time in Mexico.

El reparto de la cinta es igual de memorable y acertado: Robert De Niro como el senador al que intentan asesinar, cuya extrema política anti-inmigrante levantará varias cejas y despertará varios comentarios sobre supuesto “racismo” en la película; Jessica Alba (¡hermosa!) como una agente de inmigración que está tras Machete; Michelle Rodríguez como la coordinadora encubierta de una heroica asociación de migrantes; Lindsay Lohan como la sensual y explosiva hija del coordinador de la campaña del senador, interpretado por Jeff Fahey; Cheech Marin como el sacerdote y hermano de Machete; Steven Seagal como el villano y capo de la droga; y otros.
¿Por qué me tomé la “molestia” de mencionarlos a todos? Porque increíblemente (y esto de verdad que me sorprendió gratamente), TODOS y cada uno de estos personajes brillan en la película gracias a sus secuencias y diálogos ridículamente maravillosos. ¿Cómo logró este equilibrio Rodríguez? No lo sé de cierto, pero merece un GRAN aplauso. Todos los personajes son memorables, todos tienen sus momentos, todos provocan risa y a veces hasta llanto (¡hasta los personajes secundarios!). Sus diálogos son como bombas que caen una tras otra en tu cerebro, en todo momento. Todos tienen una historia detrás.

Esto último hace que la trama adquiera cierta complejidad que es bienvenida porque no es profundísima ni aburrida, pero sí requiere de tu atención para saber qué es lo que está pasando. Esta forma de llamar mi atención me pareció exquisita y excelentemente bien lograda, me hizo cambiar mi opinión sobre que Machete iba a ser sólo una película divertida, para la white trash y del montón, pero Robert Rodríguez logró una combinación única: convirtió una trama simplona a primera vista en algo más complejo y entretenido, le agregó un cast inolvidable, le sumó diálogos inteligentes y metió secuencias de acción en donde la violencia se explota a cada segundo.
Pero lo que más me agradó fue que a pesar de ser ésta una película “B”, homenaje al explotation, Rodríguez tuvo la genialidad de pronunciar un sutil discurso y reflexión sobre la inmigración ilegal y todos los problemas que eso trae. No es un discurso solemne, por supuesto, pero sí es efectivo, y logró robarnos a los asistentes varias risitas que no se desprendieron de la comedia o de los diálogos ridículos, sino de la ironía, de la vergüenza y de la cruda realidad que se vive en México y en EUA. Así que si te gusta la sátira política, también debes ver Machete. Ah, y no olvidemos una cosa muy importante: ¡¡¡También critica y se burla de la iglesia!!!

Las escenas sexuales son ridículas y burlonas hacia el género, pero complementan muy bien todo lo que estamos viendo. Las enfermeras y monjas nunca habían salido tan sexy en una película. La música es tan chingona como el nombre del grupo (propiedad del mismo Rodríguez) que la interpreta: Chingón.

En términos de ritmo, la película comienza frenéticamente, pero luego baja para contarnos la trama. Al principio esto me decepcionó un poco porque me hubiera gustado que toda la película fuera igual de rápida y sangrienta, pero de haber sido así, Rodríguez no hubiera podido dar salida a la trama ni a su reflexión sobre la inmigración. Para la segunda mitad, cuando se va descubriendo qué hay detrás de la conspiración contra Machete, el ritmo sube de nuevo y no baja sino hasta el final de la cinta. Las secuencias de acción aumentan, los personajes cambian, se descubren los secretos.
La trama, junto con todos los “adornos” que ya expliqué, me mantuvo riendo todo el tiempo, aunque en mi mente estaba reflexionando por tanta ironía y mordaz crítica de Rodríguez. Todo el tiempo estuve poniendo atención, no me quería perder ningún diálogo ni ninguna toma.

Machete es una película extremadamente divertida, asquerosa, brutal, despiadada y ácida. Rodríguez eleva con ella al explotation.

En resumen, con Machete, Robert Rodríguez logra sorprendernos con lo que no podrías esperar de una película “de serie B”: personajes memorables, genial reparto, secuencias elaboradas, humor voluntario y bien pensado, subtexto político, sexo y mucha diversión. Es violenta, sangrienta, ridícula y de mal gusto: más genial no se puede.
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miércoles, noviembre 10, 2010

Scott Pilgrim vs. The World: reseña/crítica

Antes que nada debo aclarar que me rehúso totalmente a llamar la película como le pusieron aquí en México. No entiendo ni nunca he entendido porqué le cambian tanto los nombres aquí. Sí, me lo explicaron en la universidad, pero aun así me rehúso a usar esos nombres. Como me rehúso a aceptar las nuevas reglas de la RAE (nada que ver, pero debía decirlo).

OK, a lo que te truje…

Scott Pilgrim. 
No soy fan de los cómics (pero puedo serlo pronto). La verdad es que no los he leído todos y al principio, de hecho, pensé que no me gustarían, ya que las referencias que tenía de ellos eran que estaban “chingones”, pero venían de ciertas personas nefastas cuyos gustos sabía que no iban a ser iguales a los míos. Sin embargo, también tuve buenas referencias de otras personas a las que respeto. Eso, sumado a que me enteré de que se iban a hacer las películas, despertó mi interés en la historia de este jovencito canadiense.

Así que lo van a leer viene de una persona que no ha leído todos los cómics pero aun así vio la película y la disfrutó como ninguna otra en mucho tiempo. Advertidos estáis.

Scott Pilgrim vs. The World es una película hecha a la medida. ¿De quién? Pues no soy antropólogo como para dar una clasificación exacta de los seres humanos, y mucho menos los podría dividir. Así que contestaré que está hecha a MI medida. ¿Y quién soy yo? Soy una persona a la que le gustan los videojuegos (¡oh, qué gran revelación!) a un nivel más allá del “casual”; me gustan los chistes sarcásticos que no hacen daño a nadie; me gustan las sitcoms y las risas grabadas; me gustan los guitarrazos en una canción; me gustan las referencias culturales; me gusta la “onda 8-bit”; me gustan las peleas y los efectos ridículos y fantasiosos.
Y Scott Pilgrim tiene todo eso y más.

Sin embargo, sé que no soy el único al que le laten todas esas cosas, por eso es que ha sido tan popular entre tantas personas, a las cuales no tienen que gustarle precisamente TODAS las cosas que he enumerado. Con que le gusten una o dos basta para ser medio fan del canadiense.

Por eso respeto y admiro a Bryan Lee O’Malley: logró conjuntar todas estas cosas y ADEMÁS, lo que es más admirable aún, logra dar una sutil perspectiva sobre las relaciones humanas y los fantasmas del pasado, algo que cualquiera a sus veintes (o hasta a sus treintas) se ha planteado. Esto, aunque no es lo más importante, es un gran pretexto para todo lo que acontece en su historia.

Llámenme obsesivo pero si detrás de toda la fantasía, los guiños a los videojuegos y los fan services yo no encuentro algo más profundo y de valor, las tramas se quedan en lo anecdótico y en lo “divertido” pero intrascendente.
Pero Scott Pilgrim logra trascender y al ver la película yo me divertí como hace mucho tiempo no lo hacía. Sin duda se trata de una buena adaptación, “buena” a secas. Y es que, como ya lo he comentado muchas veces, es verdaderamente inútil tratar de reflejar impecablemente la grandeza de un medio en otro distinto. Y aquí voy a evitar el debate de decir si el cómic es más o menos glorioso que la película, sería también inútil, ya que todos sabemos que el medio original es el primero y luego éste se adaptó para hacer una película. Obviamente, si lo que quieres es conocer al 100% la historia de este peculiar joven, pues debes leer el cómic.

Cuando se trata de adaptaciones hay que recordar que un medio nunca podrá acapararse al otro, ya que todos tienen lenguajes y herramientas diferentes para transmitir el mensaje. Es, entonces, imposible reflejar uno en el otro con perfección, como ya lo mencioné.

Dicho lo anterior, también vale hacer algunas aclaraciones: el cómic de por sí ya tiene mucha influencia de los videojuegos, los cuales tienen influencia del cine. Esto se ve reflejado en las anotaciones, las onomatopeyas, la secuencia de los cuadros, la fantasía, las secuencias de batalla, etc. Por ello no fue tampoco tan complicado imaginarse cómo se verían todos estos recursos en la película.
Por tanto, una película basada en un cómic que a su vez tiene influencia del cine y de los videojuegos, tenía que triunfar. Un fracaso hubiera sido imperdonable.

Scott Pilgrim vs The World (la película) me gustó mucho, me sorprendió a momentos (sobre todo lo de la onda de las sit coms), me entretuvo y me hizo reír. Es, como ya dije, una película hecha a mi medida. Escuchar diálogos tan acertados teniendo como fondo música de Mario Bros. y Final Fantasy es un sueño inconsciente (de muchos que tengo) que vi realizado. Las actuaciones, fieles al cómic, también son afortunadas y graciosas.

Creo que me gustó más por no haber leído los cómics. De lo contrario, tal vez hubiera sentido lo que sienten todos los fans de un medio que ven su reflejo en otros: que está incompleta, que "lo mejor" con los cómics, etc. Por eso me sorprendí y lo disfruté más. Esta película es tan buena que, incluso habiéndome gustado, me transmitió unas ganas enormes de leer todos los cómics e ir más allá de lo aparente.
Lo que sí debo decir es que al principio el ritmo de la cinta me encantó y me atrapó, luego vino la explicación de lo que está pasando (baja el ritmo) y comienzan las batallas una tras otra, muy rápidamente. Ahí la sentí demasiado forzada y rápida, el director (Edgar Wright, también de la divertida Shawn of the Dead y de un falso trailer dentro de Grindhouse) sufrió de la “maldición” que sufren todos los que intentan adaptar una obra más o menos larga al cine: no poder hacer un guión (sí, con acento, señora RAE, con acento) 100% satisfactorio en 112 minutos sin omitir detalles y sin sentirse “carrereado” a momentos. Tampoco se exploró más a fondo la relación entre Ramona y Scott como en el cómic, por lo que muchas de las batallas contra los ex se sienten banales. Eso parecen, pero en realidad no lo son.
Paso estos detalles por alto porque la suma de las virtudes de esta cinta es muy superior a la de sus errores. No hubo momento en que no sonriera, en que no abriera mis oídos para ver si reconocía tal o cual sonido o por la divertida música de Sex Bob-omb, ni en que no abriera los ojos por la belleza de Ramona (a mí sí me pareció guapa) o por las batallas y efectos especiales (estos últimos sin caer en la exageración o en la espectacularidad hollywoodense que vemos en casi todos lados).  Mención aparte merece el espíritu indie que invade la película, el cual le permite contenerse y no caer en lo que caen muchas otras películas que terminan siendo bodrios ridículos, pero eso sí, de altísimo presupuesto.

Una compra obligada en Blu-ray y una película que DEBEN ver todos los que se parecen a mí, ¿cuántos de ellos están leyendo esto ahora mismo?
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