miércoles, diciembre 06, 2006

Enfermedad de diciembre

Como TODOS los inicios de diciembre, estoy enfermo.





Pero esta enfermedad sabe a panucho, poc chuc, cristal negra, salbute, brazo de reina, relleno negro y sorbetes.



¡MUCHO COCHINERO!



La enfermedad que me traje del lugar más puro del mundo.



El 2006 se va.



Comienza un nuevo sexenio.



Otra vez las decisiones, las malditas decisiones...



Pero como siempre, deben tomarse.



Sin más ni más.



Estoy a punto de desprenderme de la rutina para dejar de descuidar mi primer árbol.



Tal vez más grande, más frondoso, que dé más fruta.



¿Quién me asegura que dejando una cosa, se cuida más la otra?



¿No será cansancio, desinterés?



Más que eso, seguro es decepción, hartazgo.



Le daré una "última" oportunidad.



(espero que esta vez sí sea la "última")



Y es que parece que habrá más árboles junto al mío.



El tiempo dirá si su sombra brinda más alivio, más lugares bohemios, más diversión, más frecura que la del mío.



Y si es así, si el bosque termina mejor organizado, tal vez, sólo tal vez, recupere mis ganas de seguir cultivando.

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